Washington (7 de febrero del 2023) – Una sustancia química invisible y poco monitoreada amenaza a las comunidades de todo el país. Se trata de un gas invisible y cancerígeno llamado óxido de etileno y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) se ha demorado 9 años en actualizar las normas que protegen a las personas de sus efectos.
Los defensores de la justicia ambiental llevan mucho tiempo exigiendo un mejor monitoreo y una mayor regulación de los contaminantes tóxicos, incluyendo el óxido de etileno, sabiendo que representa un peligro para las comunidades marginadas. En un nuevo informe llamado “Invisible Threat, Inequitable Impact” (Amenaza invisible, impacto desigual), la Unión de Científicos Conscientes (UCS, por sus siglas en inglés) ilustra el impacto desproporcionado que tiene en las comunidades esta sustancia química peligrosa pero de uso común.
Los investigadores de UCS identificaron dos fuentes importantes de óxido de etileno: las instalaciones que utilizan el gas para esterilizar equipos médicos y alimentos, y ciertas instalaciones que lo emplean para fabricar otros productos químicos. El análisis de más de 100 instalaciones demuestra que el peligro es especialmente grave para las personas de color, las personas de bajos ingresos y las personas que hablan un idioma distinto al inglés. De acuerdo con el nuevo análisis:
- Estas instalaciones suelen operar cerca de comunidades marginadas. En un radio de 5 millas alrededor de estas instalaciones viven 14,2 millones de personas. De estas personas, casi el 60% se identifican como personas de color, el 31% son de bajos ingresos y el 8% tienen un dominio limitado del idioma inglés.
- El riesgo estimado de desarrollar cáncer debido a las sustancias tóxicas en el aire en las áreas censales donde se encuentran estas instalaciones en promedio es de 60 casos por cada millón de habitantes, una cifra tres veces más alta que la media nacional, siendo el óxido de etileno un factor importante en el riesgo general de desarrollar cáncer.
- Doce áreas metropolitanas de Estados Unidos cuentan con dos o más instalaciones a un radio de 10 millas: Atlanta, Baltimore, Dallas-Fort Worth, Denver, El Paso, Los Ángeles, Minneapolis-St. Paul, Phoenix, Richmond (Va.), San José (Calif.), Temecula (Calif.) y Virginia Beach. Más de una cuarta parte de las instalaciones que se analizaron se encuentran en estos "epicentros", lo que expone potencialmente a los vecinos a la contaminación por óxido de etileno procedente de múltiples fuentes.
- Tres áreas metropolitanas cuentan con varias instalaciones de esterilización y al menos una de ellas ha sido identificada por la EPA por exceder la norma federal de riesgo "elevado" de cáncer, lo que significa que contribuye a 100 casos adicionales de cáncer por cada millón de personas. Las áreas metropolitanas de Denver y Richmond tienen una de esas instalaciones, mientras que los suburbios de Hanover y Jessup en Baltimore tienen dos.
- Puerto Rico soporta un impacto significativo y desproporcionado de este tipo de contaminación, ya que cuenta con siete esterilizadores comerciales, incluyendo cuatro de las instalaciones más peligrosas.
"La amenaza que representa el óxido de etileno es especialmente peligrosa, ya que muchas personas ni siquiera saben que viven cerca de instalaciones que emiten este gas tóxico,” afirma Darya Minovi, analista senior del Centro para la Ciencia y la Democracia de UCS y autora principal del nuevo informe. Muchos esterilizadores parecen bodegas y la contaminación que emiten es invisible. No se requiere un monitoreo del aire cerca de las fábricas químicas ni existen normas que limiten las fugas o las emisiones accidentales. La gente necesita conocer los riesgos de la exposición a largo plazo al óxido de etileno y la EPA tiene la responsabilidad de proteger la salud de todos. La posibilidad de respirar de forma segura no debe depender de tu raza, tus ingresos ni del idioma que hables.”
Esta es una situación peligrosa que requiere de acción por parte de la EPA. Aunque se espera que la EPA emitirá regulaciones nuevas este año respecto a las instalaciones que emiten óxido de etileno, esta acción se debió haber tomado hace mucho tiempo. La norma que cubre a los esterilizadores comerciales debió actualizarse en el 2014 y desde el 2016 la propia ciencia de la EPA ha demostrado que el óxido de etileno contribuye al riesgo de cáncer. UCS está solicitando la implementación de nuevas normas que se basen en la mejor ciencia disponible a fin de disminuir significativamente el uso y las emisiones de óxido de etileno, requerir un monitoreo del aire cerca de las fábricas químicas y avanzar hacia una eliminación total del uso de óxido de etileno.
“En Illinois, las instalaciones de esterilización médica están reguladas por controles estrictos, lo que sólo ocurrió después de que los miembros de la comunidad se organizaran y se asociaran con los políticos responsables para aprobar la normativa estatal,” dijo Celeste Flores, de Clean Power Lake County. “Pero el óxido de etileno sigue siendo una amenaza aquí y en todo el país. Waukegan y Gurnee siguen enfrentándose con peligro de Vantage Specialty Chemical, que utiliza óxido de etileno en la fabricación de otros productos, y esta industria está actualmente exenta de muchas normativas de la EPA. Urgimos a la EPA que pare estas excepciones, refuerce las normas sobre el óxido de etileno y vigile los barrios que rodean esa instalación y otras similares. Mi comunidad y las comunidades en todo el país ya han esperado demasiado tiempo a las normas propuestas por la EPA.”
Los expertos de UCS señalan que el nuevo informe sólo muestra una parte del problema. El análisis de UCS examinó a más de 100 instalaciones con emisiones significativas, pero cientos de otras instalaciones más pequeñas utilizan óxido de etileno para la fabricación de productos químicos. A fin de garantizar que la población esté protegida de este contaminante, la EPA debe actualizar las normas de todas las instalaciones que utilicen y emitan esta sustancia química tóxica.
Además, muchas de las comunidades expuestas a la contaminación por óxido de etileno también sufren de forma desproporcionada el impacto de otros contaminantes. Mientras que las normas federales funcionan de manera fragmentada, enfocándose en una sustancia química a la vez, muchas comunidades se ven afectadas por múltiples fuentes de contaminación.
"Las personas no están expuestas a un contaminante a la vez en un vacío," dijo Minovi. "Cuando respiras aire contaminado, respiras al mismo tiempo una mezcla de los componentes de ese aire, y los efectos acumulativos de múltiples fuentes de contaminación pueden perjudicar aún más la salud pública."
El año pasado la UCS se unió a una demanda cuyo fin es el de obligar a la EPA a que haga su trabajo y le haga caso a la ciencia e implemente una norma fuerte y eficaz para controlar el óxido de etileno proveniente de los esterilizadores comerciales. Ya hace demasiado tiempo que la EPA ha comprendido esta amenaza y no ha tomado acción. Las comunidades afectadas por el óxido de etileno no pueden esperar más.