Jiayu Liang
DETROIT, Michigan – La necesidad de contar con energía renovable resiliente es más apremiante que nunca, ya que la demanda de electricidad limpia aumenta y el agravamiento de los impactos climáticos pone en dificultades a la anticuada red eléctrica. Afortunadamente, Michigan puede mostrar un liderazgo climático y satisfacer el 100% de sus necesidades de electricidad con energía renovable para el año 2035, esto según "En la ruta hacia 100% energía renovable en Michigan", un nuevo análisis publicado hoy por la organización Michigan Environmental Justice Coalition (MEJC) y la Unión de Científicos Conscientes (UCS, por sus siglas en inglés).
"Nuestro estudio ha demostrado que Michigan no sólo puede satisfacer sus necesidades de electricidad exclusivamente con energía renovable para el 2035, sino que, si el estado promulgara este requisito, los residentes del estado obtendrían importantes beneficios económicos y de salud", dijo James Gignac, analista senior del sector energético del Medio-oeste de la UCS y autor principal del estudio.
El análisis se enfocó en dos escenarios principales: un escenario "Sin Nueva Políticas", en el cual las políticas públicas y los planes de electricidad continuarían como hasta ahora, y un escenario con un estándar de electricidad 100% renovable (RES, por sus siglas en inglés), en el que el estado satisface todas sus necesidades de electricidad con energía renovable para el año 2035.
En el escenario "100% RES", Michigan tendría una reducción de entre 400 y 900 muertes prematuras y 9.000 casos de asma menos, además de evitar 43.000 días de trabajo perdidos para el 2040, y un ahorro en total de casi $15.000 millones en costos de salud pública. Para el 2040, en Michigan también se crearían 100.000 empleos con la construcción e instalación de nuevas centrales eólicas y solares, lo que representaría $10.000 millones en ingresos laborales netos procedentes de sueldos y salarios, beneficios, impuestos sobre nóminas e ingresos obtenidos por los propietarios de empresas locales.
El estudio encontró que las inversiones en la infraestructura para las energías renovables en el escenario “100% RES” no aumentaría la carga económica de energía promedio de los hogares, es decir, el porcentaje de los ingresos que se gasta en electricidad y gas para la calefacción del hogar. De hecho, la carga económica se reduciría en ambos escenarios. Sin embargo, los cálculos no capturaron el posible ahorro substancial en los costos derivado de la reducción del uso de la gasolina y el propano para los residentes cambiando a vehículos eléctricos y bombas de calor. El estudio también destacó la importancia de asegurar reducciones en la carga económica de energía para los hogares que más beneficiarían de ellas.
"La carga económica de energía es especialmente importante para los hogares de bajos ingresos, ya que destinan una mayor parte de sus ingresos a los gastos de energía en comparación con el hogar promedio", dijo Gignac. “Los encargados de las políticas públicas tienen que asegurar con esos hogares tengan acceso equitativo a los ahorros que pueden venir de inversiones en la eficiencia energética, el solar en los techos, la electrificación y otras estrategias relacionados con la energía limpia, además de cargas energéticas dirigidas cuando sea necesario.”
El estudio también reveló que se necesita algo más que un RES para reducir las emisiones de gases que atrapan el calor y la contaminación atmosférica derivada de la generación con combustibles fósiles.
"La mayoría de los RES no requieren el cierre de las centrales que operan a base de combustibles fósiles, lo que significa que las empresas de servicios públicos pueden seguirlas operando y exportar su energía a los clientes de otros estados, perpetuando el daño desproporcionado del sector eléctrico a las comunidades de justicia ambiental, además de obstaculizar los avances para reducir las emisiones de gases que atrapan el calor", dijo Jamesa Johnson Greer, directora ejecutiva de la MEJC. "Por eso modelamos un escenario de ‘Restricción de Combustibles Fósiles’, en el que Michigan prohíbe la construcción de nuevas centrales eléctricas a base de gas y acelera el cierre de las centrales que operan a base de carbón, además del 100% RES. Encontramos que esto eliminaría esencialmente las emisiones de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno del sector energético para el 2030, y las emisiones de dióxido de carbono para el 2035. Michigan puede alcanzar marcas críticas para evitar los peores impactos del cambio climático, mientras elimina diez años de emisiones que perjudican a la salud pública de jóvenes creciendo cerca de centrales térmicas en el condado de Wayne y a lo largo del estado".
El análisis recomienda que los estados promulguen políticas públicas integrales de transición hacia la energía limpia, incluyendo políticas que den prioridad a la reducción de la contaminación en comunidades agobiadas, que eviten nuevas inversiones en infraestructuras de combustibles fósiles y que impidan la peligrosa dependencia excesiva del gas. Además, según el informe, las comunidades de justicia ambiental más afectadas por estas decisiones deberían tener poder de decisión para asegurar que todos se beneficien de la energía limpia.
El análisis de Michigan forma parte de un estudio más amplio en el que se analizan los efectos que tendría un 100% RES si fuera adoptado por cada uno de las dos docenas de estados de los Estados Unidos contiguos que forman parte de la Alianza por el Clima de los Estados Unidos, cuyos miembros se han comprometido a reducir las emisiones de gases que atrapan el calor en consonancia con los objetivos del acuerdo climático de París del 2015. Aunque no cuentan como parte del requisito de 100% RES, las centrales nucleares existentes permanecerían abiertas durante toda su vida útil de acuerdo con este análisis. Para consultar el estudio nacional, el cual determinó que los estados miembros de la USCA obtendrían en conjunto beneficios como los que se producirían en Michigan, haga clic aquí.