WASHINGTON (27 de abril de 2020)—El último decreto de la Casa Blanca que suspende la inmigración por 60 días se basa en unas evidencias poco convincentes y representa otro ejemplo del uso de la pandemia COVID-19 por la parte de la administración de Trump para complacer a su base, según declara la Unión de Científicos Conscientes (UCS, por sus siglas en inglés).
A continuación está la declaración de Ken Kimmell, Presidente de UCS.
“En este momento, necesitamos de liderazgo político para sanar el país y realizar inversiones inteligentes para reconstruir la economía, y el decreto divisorio que suspende la inmigración no hace ni el primero ni el segundo. Una excepción para ‘trabajadores de la salud y otros trabajadores esenciales’ deja la suerte de los inmigrantes en las manos de funcionarios nombrados por políticos y siembra confusión en un momento ya inseguro y aterrador”.
“La administración está, cínicamente, aprovechándose de esta crisis para lograr un objetivo político largamente buscado, concretamente, el de realizar cambios restrictivos a nuestro sistema de inmigración que no tienen nada que ver ni con la salud pública ni la protección de los trabajadores”.
“Las investigaciones realizadas en las secuelas de la Gran Recesión muestran el impacto positivo que tiene la inmigración en la economía estadounidense. Una revisión de los datos recogidos a lo largo de 40 años muestra un impacto insignificante en los trabajadores autóctonos no especializados. Este decreto no hace nada para ayudar a los trabajadores desempleados y alienta el sentimiento antinmigrante, en un momento cuando los inmigrantes tienen un papel decisivo en mantenernos seguros y sanos durante esta pandemia, en el cuidado de los seres queridos, en los hospitales y las residencias de gente mayor de la tercera edad, en mantener el traslado de alimentos desde las granjas hacia nuestras mesas, y en dirigir empresas emergentes que serán fundamentales mientras reiniciemos nuestra economía”.